Siempre hay un Mensaje.

¿ Que es peor? Encontrar a la víctima, o decírselo a los que deja atrás. Hace tres años, derribé la puerta de Albert para entrar. Ya ni mi propia puerta es igual. ¡Y te largaste! Dejaste familia y amigos. ¡Que se jodan! Eres un poco estúpido Mac Gregor, pero eres bueno en esto. Y eso es lo único que nos importa. Yo también lo dejé hace unos años. Pero no me sentí mejor. Al contrario, me sentí mucho peor. Así que decidí, que los hombre como tu y yo, no hemos de sentirnos bien. Que nuestro mundo es diferente. Que por alguna jodida razón, Dios nos puso en esta tierra para hacer el trabajo sucio.

(Extracto de un diálogo, durante una secuencia de la película "Post Mortem",

un psico-thriller cuyo protagonista es Charles Cheen)

Siempre hay un mensaje. En cada acontecimiento de nuestra vida, en el comportamiento de la naturaleza, en los libros, en la música, el arte; y hasta en las películas. Si no existe un mensaje, entonces no hay mucho que comunicar. Pero a veces lo difícil es traducir ese mensaje. Entenderlo, interpretarlo y corregir a tiempo.

En nuestro comportamiento diario, no debemos olvidar las fuerzas que gobiernan la naturaleza y el universo. Y esto es el equilibrio. El Yin y Yang, que nos habla de la noche y el día, la luna y el sol, el hombre y la mujer, cielo y tierra, positivo y negativo, etc.., los dos polos complementarios que gobiernan el universo. En la filosofía Zen, (Zen(禅) es el nombre en japonés de una tradición del budismo mahāyāna, cuya práctica se inicia en China bajo el nombre de chán (禪) y que más tarde se perfeccionó en Japón, de donde se la conoce como zen), esta nos habla acerca del Octuple Sendero. El Noble Octuple Sendero es el camino que Buda transmitió para conseguir la máxima evolución del hombre, el nirvana, la fusión con lo divino, allí donde ya no hay dos sino sólo uno, a saber: Entendimiento correcto, Pensamiento correcto, Palabra correcta, Acción correcta, Medio de Sustento correcto, Esfuerzo correcto, Atención correcta y Concentración correcta.

Si procuramos vivir nuestra vida en función y cumplimiento de estos caminos o vías que el Zen nos ofrece, entonces lograremos "armonía", y salud integral. Todos sabemos lo que está bien o mal. Por lo tanto, y si analizamos cuando las cosas nos salen bien o cuando lo contrario, entonces será fácil identificar cual es la dirección adecuada de nuestros pasos, dependiendo lógicamente de hacia donde queremos ir.

Si creemos que somos buenas personas, y no entendemos el porque a veces nos ocurren cosas desagrables, y algunas "muy graves". Entonces tendremos que detenernos a meditar y hacer conciencia de nuestros actos pasados, para llegar a encontrar cuales son los fallos o errores que estamos o hemos cometido. Sé que no es fácil ser honesto consigo mismo en ciertas etapas de nuestra vida. Y llegar a ver con frialdad el momento o circunstancia en la que nos hemos equivocado. En otras palabras, cuando las cosas van bien, y disfrutamos cada cual a su manera, eso es fácil. Lo duro y notorio es cuando las cosas van mal, y nos llevan al sufrimiento y al dolor propio y ajeno. No podemos negar que mientras hacemos cosas que realmente no están bien, lo sabemos. Somos perfectamente conscientes del error. Pero por alguna extraña circunstancia, algo nos ciega la razón y la voluntad de frenar y erradicar ese o esos hechos que a la larga nos pasarán factura. Y lo peor aún, es cuando incluso sabemos desde el principio que el precio que tendremos o vamos a pagar, "será demasiado alto". Solo podremos comprobar que aquello no merecía la pena, cuando nos llega el gran golpe. Es ahí cuando en realidad nos sentiremos seres despreciables, avergonzados, y estúpidos por no haber escuchado atentamente cada pre-aviso que el destino nos venía dando.

Y cuando todo ha terminado, y nos encontramos solos, con la dignidad por el suelo, y habiendo perdido todo aquello que en verdad "era lo que realmente queríamos", es cuando con la lección aprendida, debemos retomar nuestro camino, y procurar no volver a caer en el mismo error. ¿Seremos capaces de lograrlo? o ¿Volveremos a cegarnos con el comportamiento necio y negligente de antaño?. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y yo creo, que 3,4,5 y hasta 6...algunos..

Entonces, queridos amigos. Nadie tiene porque hacer el trabajo sucio, si en realidad no lo desea. ¿No es mejor vivir con dignidad y respeto? ¿Caminar por las calles con orgullo y satisfacción? ¿Sonreirle a la vida y caminar erguido? Nunca es tarde para intentarlo, para eso dictó Dios el arrepentimiento sincero y profundo, para volver a otorgar al individuo nuevas oportunidades, y también nuevos compromisos.

Hasta otra. Que paséis un buen fin de semana.

Raúl Gutiérrez