Solo me arrepiento de todo aquello que quise hacer y nunca hice. Otro gran amigo acaba de partir al más allá, y ahora me arrepiento sincera y tristemente de no haberme despedido de él como quería..
Basilio Puebla Calvo fue una grandísimo “Amigo”, un excelente colaborador, Director, representante y buen profesor de Karate. Ya no recuerdo exactamente cuando ni como fue que nos conocimos, aunque echando cuentas habrá sido entre el 84 al 86. Desde el principio él fue un hombre muy correcto, educado y gran aficionado. Era un hombre alto y fuerte, y a menudo recuerdo como en 1996, sacando pecho solía gastarme bromas diciéndome, ¿has visto que fuerte me mantengo a mi edad? y agregaba, ¿haber si tu a los 59 estás tan bien conservado y sano como yo? Y nos echábamos a reír. Era verdad, caminaba erguido, con estilo y elegancia.
En otra ocasión me dijo: ¿Tú te vendrías a vivir a Alicante? Porque mi plan es que cuando me jubile quiero montar un Gimnasio grande y selecto. Y me haría mucha ilusión compartirlo contigo. Quiero disfrutar de la vida y nunca dejar de practicar y enseñar Karate.
Basilio me presentó a su encantadora mujer, Elvira, a sus dos hijos e hija Elvi. Todos adultos, y casados. Elvira siempre me recibió cariñosamente en su hogar y cocinó excelentes guisos para mí, destacando las más deliciosa paella que jamás comí en ningún otro lugar. Ella es una mujer auténtica, hermosa como ser humano e incluso físicamente. Con un carácter extrovertido, alegre, espontánea y sincero. En 1996, el destino cruzó y unió nuestras vidas de una forma muy íntima y familiar. Algo que ninguno de nosotros jamás pensamos ni deseamos que ocurriese. Fue una obra escrita.
Creo que fue allá por 1998, en que Basilio recibió el peor golpe mortal también por obra del destino. Un cáncer comenzaría a mermar esa fortaleza de roble que este poseía. Gracias a su estatus social viajó en varias ocasiones a los Estados Unidos para recibir tratamiento, operaciones, y quimioterapia. Pero ya os podréis imaginar adonde lleva todo esto. En mi opinión, a extender un poco la vida, gastar los ahorros a veces de toda una vida, y en algunos casos que he podido conocer de cerca, a vender propiedades, hipotecarse y al final dejar a toda una familia en la más absoluta ruina. (No es este el caso) A cambio esto, de extender no la calidad de vida, si no por el contrario a prolongar el sufrimiento, pasando por las peores vejaciones que uno pueda imaginar. Pero claro, la mayoría de la gente en esta situación se aferra a un clavo ardiendo, creen o buscan todo tipo de “posibles soluciones que nunca funcionan”. Y, evidentemente, tienen todo el derecho a creer en algo o en todas las posibilidades que se les ofrezca.
Después de la primera operación y tratamiento que Basilio recibió, les visité en su casa de Los Narejos en San Javier. Y les prometo que cuando le vi., y ante el impacto que recibieron mis ojos y mi corazón, me dieron ganas de echarme a llorar como un niño. Había perdido gran parte del pelo, estaba sumamente delgado, su rostro envejecido, triste y débil. Más bien parecía un anciano. Como si en un año hubiesen transcurrido 15 o 20; fue terrible. Nos hicimos algunas fotos que guardo celosamente y que nunca he publicado por respeto.
Siguió transcurriendo el tiempo, y mis llamadas telefónicas o mensajes, empezaron a perder efecto, hasta que les perdí el contacto totalmente. Durante largos años, de vez en cuando intenté averiguar algo acerca de su paradero a través de amigos en común. Pero a todos nos sucedía lo mismo. Entiendo que en dichas circunstancias, no deseas hablar con nadie, y te aíslas en tu lucha diaria.
En mayo del presente año, mi amigo y alumno Ramón Buitrago de Cieza, Murcia, organizó un curso de Fu-Shih Kenpo en el Centro de Alto Rendimiento Infanta Cristina en la Manga del Mar Menor. Mismo al que acudí con mi amada hija Alba. Y me propuse intentar localizarle yendo directamente a su casa en Los Narejos. Desgraciadamente, no tuve éxito en mi empresa. Pero Ramón, conocedor de mis intentos, hizo lo imposible hasta localizar a Basilio en un domicilio de Alicante. Ramón le llamó previamente y le contó que me encontraba por allí y que albergada un profundo deseo de localizarle y saber cual era su estado actual.
Ese día ya terminado el seminario, me encontraba en una playa con mi hija y un alumno, disfrutando del sol, el mar y la tranquilidad del lugar. De pronto sonó mi móvil, era Ramón que me comentaba acerca de su éxito con Basilio. Y agregó: Basilio se emocionó mucho al saber que le buscabas, y sabiendo que soy tu alumno me felicitó y me aseguró que estaba en las mejores manos. Espera tu llamada, está viviendo en Alicante ciudad.
Acto seguido, inmediatamente llamé emocionado a “mi amigo”. Sus primeras y débiles palabras fueron para darme las gracias por todo lo que él consideraba que había hecho por él. Respondí –Amigo, todo lo que haya hecho por ti, no es menos de lo que tu haz hecho por mi. Sabes que te quiero, y ahora cuando realmente me necesitas, es cuando me encuentro absolutamente impotente de aliviar tu dolor y tus penas. ¿Cómo estás amigo? Su respuesta fue dura, fuerte, rebelde: “Yo nunca hice mal a nadie, porque me han hecho esto a mi, porque, porque, porque…” Su voz desgarradora continúo: “Han destrozado mi vida, mis sueños, mi profesión. Todas mis ilusiones para después de la jubilación se han ido al traste. No puedo valerme por mi mismo para nada, esto no es vida. Me han ofrecido volverme a operar, y he dicho que ya no más, estoy harto de luchar, de sufrir, de causar amargura a mi familia. Ahora solo quiero morir, eso es lo que quiero “Morir”…Y me dio las gracias por mi interés…
Quise coger el coche e ir a visitarle para abrazarle y decirle cuanto le quiero. Verle quizá por última vez. Luego recordé su debilidad y tristeza, entonces me propuse volver algún día exclusivamente para cumplir mi objetivo. Pero los días pasan tan rápidamente que cuando quieres darte cuenta han pasado 4 o 5 meses. En algunas ocasiones intenté localizarle a través del mismo número de teléfono, pero nunca tuve éxito. La otra noche estaba tratando de escribir ciertos temas para mi blog, pero no conseguía estar conforme. Entre ciertas menciones intentaba relatar algo relacionado con la historia de mi amigo Basilio. Entonces volví a sentir el impulso de ir a visitarle, pensé en llamarle, luego desistí al pensar que volvería a fallar en mi intento dados los resultados anteriores. Continué escribiendo, y la idea de llamarle seguía rondando en mi cabeza. Finalmente cogí el móvil y marque el mencionado número. Sorprendentemente, la llamada me fue aceptada, aún siendo aproximadamente las 2 de la madrugada. Al otro lado del teléfono, me encontré con la voz de Elvira. Nos saludamos, hablamos unos minutos, y de pronto lancé mi pregunta: ¿Cómo está Basilio? Y la terrible y triste respuesta fue: “Pero si Basilio está muerto”. ¿Cómo? Respondí impactado… ¿pero cuando ha fallecido? El 17 del mes pasado (17 de septiembre de 2007). A partir de entonces, nuestra conversación tomó otro matiz, y supongo que al menos hemos estado conversando, recordando, y sintiéndole durante unos 30 minutos…
Le aseguré que por torpe, me quedé con las ganas de haberle visitado, abrazado y manifestado mi cariño, mi amistad y respeto. Él también te quería y te admiraba mucho, me dijo Elvira. “Siempre me arrepentiré de no haber hecho todas las cosas que siempre quise y nunca hice”. El hombre es el único ser, que siempre vuelve a tropezar con la misma piedra. En este caso, “la torpeza”..
Querido amigo Basilio, desde lo más profundo de mi corazón, lamento que hayas tenido que sufrir tanto antes de dejar este mundo. Siento que tus sueños se hayan truncado y que no hayas podido continuar disfrutando de tus amigos, de las cosas bellas de esta vida, de tu familia, de tu jubilación, y de las artes marciales. QEPD
Raúl Gutiérrez
Basilio Puebla Calvo fue una grandísimo “Amigo”, un excelente colaborador, Director, representante y buen profesor de Karate. Ya no recuerdo exactamente cuando ni como fue que nos conocimos, aunque echando cuentas habrá sido entre el 84 al 86. Desde el principio él fue un hombre muy correcto, educado y gran aficionado. Era un hombre alto y fuerte, y a menudo recuerdo como en 1996, sacando pecho solía gastarme bromas diciéndome, ¿has visto que fuerte me mantengo a mi edad? y agregaba, ¿haber si tu a los 59 estás tan bien conservado y sano como yo? Y nos echábamos a reír. Era verdad, caminaba erguido, con estilo y elegancia.
En otra ocasión me dijo: ¿Tú te vendrías a vivir a Alicante? Porque mi plan es que cuando me jubile quiero montar un Gimnasio grande y selecto. Y me haría mucha ilusión compartirlo contigo. Quiero disfrutar de la vida y nunca dejar de practicar y enseñar Karate.
Basilio me presentó a su encantadora mujer, Elvira, a sus dos hijos e hija Elvi. Todos adultos, y casados. Elvira siempre me recibió cariñosamente en su hogar y cocinó excelentes guisos para mí, destacando las más deliciosa paella que jamás comí en ningún otro lugar. Ella es una mujer auténtica, hermosa como ser humano e incluso físicamente. Con un carácter extrovertido, alegre, espontánea y sincero. En 1996, el destino cruzó y unió nuestras vidas de una forma muy íntima y familiar. Algo que ninguno de nosotros jamás pensamos ni deseamos que ocurriese. Fue una obra escrita.
Creo que fue allá por 1998, en que Basilio recibió el peor golpe mortal también por obra del destino. Un cáncer comenzaría a mermar esa fortaleza de roble que este poseía. Gracias a su estatus social viajó en varias ocasiones a los Estados Unidos para recibir tratamiento, operaciones, y quimioterapia. Pero ya os podréis imaginar adonde lleva todo esto. En mi opinión, a extender un poco la vida, gastar los ahorros a veces de toda una vida, y en algunos casos que he podido conocer de cerca, a vender propiedades, hipotecarse y al final dejar a toda una familia en la más absoluta ruina. (No es este el caso) A cambio esto, de extender no la calidad de vida, si no por el contrario a prolongar el sufrimiento, pasando por las peores vejaciones que uno pueda imaginar. Pero claro, la mayoría de la gente en esta situación se aferra a un clavo ardiendo, creen o buscan todo tipo de “posibles soluciones que nunca funcionan”. Y, evidentemente, tienen todo el derecho a creer en algo o en todas las posibilidades que se les ofrezca.
Después de la primera operación y tratamiento que Basilio recibió, les visité en su casa de Los Narejos en San Javier. Y les prometo que cuando le vi., y ante el impacto que recibieron mis ojos y mi corazón, me dieron ganas de echarme a llorar como un niño. Había perdido gran parte del pelo, estaba sumamente delgado, su rostro envejecido, triste y débil. Más bien parecía un anciano. Como si en un año hubiesen transcurrido 15 o 20; fue terrible. Nos hicimos algunas fotos que guardo celosamente y que nunca he publicado por respeto.
Siguió transcurriendo el tiempo, y mis llamadas telefónicas o mensajes, empezaron a perder efecto, hasta que les perdí el contacto totalmente. Durante largos años, de vez en cuando intenté averiguar algo acerca de su paradero a través de amigos en común. Pero a todos nos sucedía lo mismo. Entiendo que en dichas circunstancias, no deseas hablar con nadie, y te aíslas en tu lucha diaria.
En mayo del presente año, mi amigo y alumno Ramón Buitrago de Cieza, Murcia, organizó un curso de Fu-Shih Kenpo en el Centro de Alto Rendimiento Infanta Cristina en la Manga del Mar Menor. Mismo al que acudí con mi amada hija Alba. Y me propuse intentar localizarle yendo directamente a su casa en Los Narejos. Desgraciadamente, no tuve éxito en mi empresa. Pero Ramón, conocedor de mis intentos, hizo lo imposible hasta localizar a Basilio en un domicilio de Alicante. Ramón le llamó previamente y le contó que me encontraba por allí y que albergada un profundo deseo de localizarle y saber cual era su estado actual.
Ese día ya terminado el seminario, me encontraba en una playa con mi hija y un alumno, disfrutando del sol, el mar y la tranquilidad del lugar. De pronto sonó mi móvil, era Ramón que me comentaba acerca de su éxito con Basilio. Y agregó: Basilio se emocionó mucho al saber que le buscabas, y sabiendo que soy tu alumno me felicitó y me aseguró que estaba en las mejores manos. Espera tu llamada, está viviendo en Alicante ciudad.
Acto seguido, inmediatamente llamé emocionado a “mi amigo”. Sus primeras y débiles palabras fueron para darme las gracias por todo lo que él consideraba que había hecho por él. Respondí –Amigo, todo lo que haya hecho por ti, no es menos de lo que tu haz hecho por mi. Sabes que te quiero, y ahora cuando realmente me necesitas, es cuando me encuentro absolutamente impotente de aliviar tu dolor y tus penas. ¿Cómo estás amigo? Su respuesta fue dura, fuerte, rebelde: “Yo nunca hice mal a nadie, porque me han hecho esto a mi, porque, porque, porque…” Su voz desgarradora continúo: “Han destrozado mi vida, mis sueños, mi profesión. Todas mis ilusiones para después de la jubilación se han ido al traste. No puedo valerme por mi mismo para nada, esto no es vida. Me han ofrecido volverme a operar, y he dicho que ya no más, estoy harto de luchar, de sufrir, de causar amargura a mi familia. Ahora solo quiero morir, eso es lo que quiero “Morir”…Y me dio las gracias por mi interés…
Quise coger el coche e ir a visitarle para abrazarle y decirle cuanto le quiero. Verle quizá por última vez. Luego recordé su debilidad y tristeza, entonces me propuse volver algún día exclusivamente para cumplir mi objetivo. Pero los días pasan tan rápidamente que cuando quieres darte cuenta han pasado 4 o 5 meses. En algunas ocasiones intenté localizarle a través del mismo número de teléfono, pero nunca tuve éxito. La otra noche estaba tratando de escribir ciertos temas para mi blog, pero no conseguía estar conforme. Entre ciertas menciones intentaba relatar algo relacionado con la historia de mi amigo Basilio. Entonces volví a sentir el impulso de ir a visitarle, pensé en llamarle, luego desistí al pensar que volvería a fallar en mi intento dados los resultados anteriores. Continué escribiendo, y la idea de llamarle seguía rondando en mi cabeza. Finalmente cogí el móvil y marque el mencionado número. Sorprendentemente, la llamada me fue aceptada, aún siendo aproximadamente las 2 de la madrugada. Al otro lado del teléfono, me encontré con la voz de Elvira. Nos saludamos, hablamos unos minutos, y de pronto lancé mi pregunta: ¿Cómo está Basilio? Y la terrible y triste respuesta fue: “Pero si Basilio está muerto”. ¿Cómo? Respondí impactado… ¿pero cuando ha fallecido? El 17 del mes pasado (17 de septiembre de 2007). A partir de entonces, nuestra conversación tomó otro matiz, y supongo que al menos hemos estado conversando, recordando, y sintiéndole durante unos 30 minutos…
Le aseguré que por torpe, me quedé con las ganas de haberle visitado, abrazado y manifestado mi cariño, mi amistad y respeto. Él también te quería y te admiraba mucho, me dijo Elvira. “Siempre me arrepentiré de no haber hecho todas las cosas que siempre quise y nunca hice”. El hombre es el único ser, que siempre vuelve a tropezar con la misma piedra. En este caso, “la torpeza”..
Querido amigo Basilio, desde lo más profundo de mi corazón, lamento que hayas tenido que sufrir tanto antes de dejar este mundo. Siento que tus sueños se hayan truncado y que no hayas podido continuar disfrutando de tus amigos, de las cosas bellas de esta vida, de tu familia, de tu jubilación, y de las artes marciales. QEPD
Raúl Gutiérrez
1 comentario:
Que descanse en paz el Maestro Basilio. Desde el Cielo nos guiará en nuestras andaduras hasta que llegue nuestra hora. Mi ´más sentido pesame a sus familiares y amigos.
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